La mafia china escondía en un pueblo de Toledo el mayor taller de monedas de 2 euros falsas de toda Europa

por Lubomir Endara Sánchez

España, 24 abril 2024.- Seis años persiguiendo a la mafia china, que se dedica a “todo lo que produzca grandes cantidades de dinero”. En este caso, la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra han desmantelado el mayor taller de fabricación de monedas de 2 euros de toda Europa en la última década y el más grande jamás visto en nuestro país.

El laboratorio, según han desvelado los responsables de la investigación ante los periodistas, estaba oculto en una pequeña nave industrial ubicada en el municipio toledano de Villacañas, de apenas unos 9.500 habitantes. Nadie había notado nada raro allí.

La operación Doble Estrella, que comenzó allá por 2018, se ha saldado con un total de 10 detenidos, de los cuales tres permanecen en prisión provisional. Uno de los investigadores los ha definido como “maestros” de la artesanía de monedas, aunque su producción alcanzaba niveles industriales. Los agentes calculan que podían fabricar mil ejemplares de monedas de 2 euros al día con las máquinas de las que disponían.

Antes de ser descubierta por la Policía, la organización de origen chino había logrado introducir hasta 100.000 monedas falsas en el mercado español y cerca de 400.000 en el resto de Europa, lo que eleva la cantidad de dinero blanqueada hasta el millón de euros. Los ejemplares eran “de gran calidad” y pasaban “desapercibidos” a ojos de alguien inexperto en la materia. También para las máquinas tragaperras o los salones de juego, donde los investigados consiguieron buena parte de su fortuna intercambiando las monedas falsas por legales.

El jefe de la comisaría de Policía Nacional adscrita al Banco de España, José María Jiménez, y el jefe de la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid, Víctor de las Heras, han destacado la “extrema dificultad” de la investigación debido al “hermetismo” de la organización de ciudadanos chinos.

Sus miembros se sabían investigados y no dudaban en cambiar su centro de producción cada vez que introducían una remesa de monedas en el curso legal. En Villacañas, su último punto de producción, ningún vecino había escuchado las máquinas industriales o detectado la extraña presencia de la mafia.

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