Durante su discurso por los 198 aniversarios de la independencia de Bolivia, el presidente Luis Arce Catacora destacó la tasa de crecimiento alcanzada por Bolivia entre las gestiones 2021 y 2022, cuyo promedio fue un 4,8%, con lo que el país logró remontar los niveles de la previos a la pandemia del coronavirus.
En el acto realizado en Sucre, el presidente también destacó los avances en los proyectos enmarcados en la industrialización con sustitución de importaciones.
“La tasa de crecimiento promedio de la economía, entre el 2021 y 2022, fue de 4,8%, superior a la alcanzada en 2019, de sólo 2,2%” dijo, y agregó que “hoy podemos decir a nuestro pueblo que ya la economía nacional logró remontar en varias variables económicas y sociales, los niveles prepandemia del año 2019, y eso es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos”.
El presidente indicó, además, que Producto Interno Bruto (PIB) nominal de Bolivia el año pasado fue de $us 44.315 millones, superior al de 2019, cuando alcanzó 41.193 millones.
En otros aspectos de índole económica, Arce destacó los avances en los proyectos de sustitución de importaciones y anunció que esto le permitirá al país ahorrar al menos 3.000 millones de dólares por año.
“Los resultados paulatinos de la política de sustitución de importaciones hacia el año 2025 Bolivia ahorrará cerca de $us 3.000 millones por año en importaciones”, dijo.
Según el presidente, Bolivia pasó a ser uno de los principales proveedores de urea en el merado latinoamericano con la reactivación de las operaciones de la planta de urea y amoniaco, cuya producción anual alcanza a 364.000 toneladas. En ese contexto, se tiene previsto construir la segunda planta de urea.
En el marco de la política de sustitución de importaciones, el Estado boliviano también impulsa la construcción del Complejo Siderúrgico Mutún, que permitirá industrializar el hierro que abunda en el mutún, el yacimiento más grande del mundo, ubicado en el municipio de Puerto Suárez.
El presidente también destacó los avances en las plantas de biodiésel, que apunta a reducir la importación de diésel y la subvención a este carburante. Según Arce, las dos plantas de biodiésel, más la planta HVO, lograrán reemplazar hasta un 70% de las importaciones.