Standard & Poor’s (S&P) Global bajó las calificaciones soberanas de largo plazo en moneda local y extranjera de Bolivia de ‘B’ a ‘B-‘. Advirtió que la estabilidad económica podría verse afectada si no se alcanzan acuerdos políticos para aprobar medidas “contundentes” contra las vulnerabilidades externas.
La valoración de la calificadora se enmarca en la actual escasez de dólares que se ha profundizado en los últimos dos meses en el país. Considera que esto provocó un “debilitamiento de la confianza pública” con respecto a si será sostenible el régimen cambiario.
S&P reconoce las medidas que ha implementado el Gobierno a corto plazo para mantener el tipo de cambio, como la reducción de los encajes para los depósitos en dólares y la venta directa de esta divisa al público por parte del Banco Central de Bolivia (BCB).
Sin embargo, observa que las divisiones políticas dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS) “ha impedido la implementación de políticas contundentes para reducir significativamente los déficits, fiscal y externo, de Bolivia”.
“Los desacuerdos políticos, incluso dentro de la coalición gobernante, plantean dudas sobre la capacidad del gobierno para asegurar la aprobación oportuna de nuevos préstamos en el Congreso que, junto con otras medidas, podrían respaldar la liquidez externa y fortalecer la confianza pública”, señala el informe.
La calificadora sostiene que es clave para Bolivia el acceso a financiamiento de instituciones oficiales de créditos e identifica que hay $us 800 millones en préstamos que están pendientes de aprobación en la Asamblea Legislativa. También menciona que existe incertidumbre sobre si se dará luz verde a la “Ley del Oro” a la cual considera “importante” para una mejor gestión del BCB a las reservas de oro.
Anoche, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, cuestionó a los parlamentarios del MAS de la línea evista por no aprobar los préstamos internacionales y advirtió que en el fondo “le están diciendo no a la reconstrucción económica y al bienestar de los bolivianos”.
“Exhortamos a nuestros asambleístas a que depongan actitudes de fricción innecesarias y que nos aboquemos a una gestión económica”, reflexionó.