Muere Matilde, la mujer a la que su esposo le echó ácido en el rostro

por Lubomir Endara Sánchez

Cochabamba, 03 abril 2023 .- Después de 37 días de un terrible sufrimiento, Matilde Jiménez, la mujer que sufrió gravísimas quemaduras en su rostro y en su garganta, cuando su esposo le arrojó ácido a la cara, murió este lunes en Emergencias del hospital Viedma de Cochabamba. Se trata del cuarto feminicidio en el valle y el número 25 en Bolivia, en lo que va del año 2023. Una niña de 12 años y una adolescente de 14 se quedaron huérfanas.

El mortal ataque ocurrió el 25 de febrero en el barrio Minero San Juan, zona sur de Cochabamba. Matilde, de 30 años, se enteró de una infidelidad de su esposo, Vitalio P., y le reclamó. Él, en respuesta, tomó un ácido y se lo arrojó a la cara, quemándole la piel del rostro, de la nariz para abajo, además del cuello y el pecho. El líquido corrosivo ingresó por la garganta de la víctima provocándole gravísimas lesiones.

Matilde fue auxiliada en primera instancia a la clínica Omexfam. El médico intensivista Leonardo Durán, quien la examinó, certificó que la paciente ingresó “con dificultad respiratoria, tos, flemas y dificultad para tragar debido a una ingestión forzada de líquido cáustico indeterminado por parte de su cónyuge. Tiene un severo edema en el labio superior e inferior, lengua saburral (papilas elevadas e inflamadas), flemas espumosas, faringe, carrillos inflamados, piel acartonada oscura en ambas mejillas, en el mentón, cuello y pecho, con frecuencia cardíaca alta. Requiere internación en hospital de tercer nivel urgente por riesgo vital”.

Con este diagnóstico, el área de Salud de la Fundación Voces Libres gestionó su traslado en una ambulancia al hospital Viedma. Allí permaneció desde febrero hasta hace unos días, cuando la víctima pidió alta solicitada, pues su padecimiento no mitigaba y le comunicaron que tenían que operarla para ponerle un tubo que permitiera su alimentación, ya que ella no podía comer por las lesiones causadas. Matilde estaba muy deprimida y solamente quería estar cerca de sus hijas. La llevaron a Punata, junto a su familia.

Ayer domingo se sintió muy mal, le faltaba la respiración, tenía fiebre, no controlaba sus esfínteres y usaba pañales. Un médico de Punata les dijo que la llevaran al Viedma. Llegaron a la una de la madrugada del 3 de abril. Les dijeron que no había espacio ni camillas y que tenía que quedarse en una silla hasta el martes en la tarde. Le recetaron inyectables de Amoradona que fueron a buscar a las farmacias y no hallaban. Volvieron al Viedma y les dijeron que tenían el medicamento, pero que debían comprarlo y devolverlo. Le aplicaron el fármaco, pero fue tarde. Matilde murió.

La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, lamentó profundamente la tragedia de Matilde, de sus hijas, de la familia. “Matilde solamente tenía 30 años, una vida por delante, deseaba ver crecer a sus hijas, trabajar, viajar, disfrutar de ser abuela un día. Todo eso le fue arrancado de una manera tan cruel por un hombre que decía amarla, pero que creía que tenía derecho a herirla, a maltratarla y hasta matarla. Vitalio P., chofer de una línea de trufis que viajan al Trópico, está detenido preventivamente por el delito de tentativa de feminicidio desde el 26 de febrero, pero, ahora pediremos que el delito sea recalificado a feminicidio y pediremos 30 años de cárcel”, adelantó Cortez.

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