Dos goles del Sevilla en el tramo final en Old Trafford dejan la eliminatoria igualada con la vuelta en Nervión.
El Sevilla es el club más singular del panorama europeo. Ni siquiera en su peor temporada en Liga en 20 años le pierde la cara a las competiciones europeas. Cree más que nadie en sus opciones, por mucho que el United le aplastase en el primer periodo como a un equipo vulgar. Lo mágico de los sevillistas en la Europa League es que son capaces de levantarse cuando ya nadie espera que lo consiga. En un final de vértigo, los hombres de un feliz Mendilibar anotaban dos goles, con colaboración de sus rivales, y se metían de lleno nuevamente en una eliminatoria que vieron perdida en la primera parte, cuando a los 21 minutos ya caían por dos goles. Las cosas del Sevilla en Europa. A veces inexplicables; otras, donde el corazón tiene más argumentos que la cabeza; y la última, que cuando la historia y el peso del escudo en un torneo se hacen presentes, no hay pelota que frene lo que está por venir. Todo abierto para dentro de siete días.
Mendilibar saltaba a un escenario tan complejo como Old Trafford con un once donde reservaba piezas importantes. Quería salir vivo con algunos de los menos habituales, dado que la final de Mestalla el domingo importa y mucho. Con un nuevo sello, pero con viejos vicios, como lo de salir sin delantero referencia. Sin En-Nesyri parece que aparece un desierto en cuanto a referencias goleadoras. Mendi terminó muy enfadado con Rafa Mir en los pocos minutos que jugó ante el Celta. Sin embargo, la ausencia de ‘9’ clásico siempre lanza un mensaje de precaución que en determinados escenarios puede ser mortal. Ten Hag no iba a tener los mismos miramientos que el técnico sevillista. Salía con todo. La baja de Rashford la ocupaba un Martial con reciente pasado en el club de Nervión. Y el partido comenzaba con ese aviso que te dice que algo no está lo bien que debería. Sancho anota a los 25 segundos en un pase junto a los centrales, que no saben ni frenar el pase ni detener al atacante. El inglés lo celebra, pero está ligeramente adelantado.
Porque la pareja Nianzou y Marcao, los fichajes realizados en verano para hacer olvidar una pareja mítica en Nervión, no habian jugado nunca juntos como pareja. Lo habían hecho en trío con Sampaoli, pero nada de pareja. Y se comprobó que a uno le falta ritmo (aunque le sobra carácter e ímpuetu), mientras el francés está demasiado verde para jugar en la élite que necesita el Sevilla. Ese aviso de Sancho fue el preludio de lo que estaba por venir. Sabitzer, una de las sorpresas de Ten Hag en el once, jugando por delante de Bruno, cazó la primera que tuvo: pase filtrado del portugés y gol del austriaco, que tiene la suerte de que Marcao desvíe un poco la pelota. El United ya estaba por delante con muy poco. Cada error del Sevilla era castigado con cinco lobos hambrientos hacia la portería de Bono. Y el segundo gol no se hizo esperar. Error de Nianzou en un balón dividido en la medular para que los ingleses saliesen con gente por todos lados. Nadie repara en Sabitzer, quien vuelve a entrar por el carril central y aprovecha un pase al espacio de Martial. Misma fotografía. Dos goles y cara de Mendilibar de no saber cómo detener la sangría.
Al menos, durante el primer periodo, el Sevilla estuvo algo más asentado, no dejando correr tanto al Manchester United, quien igualmente demostraba que era vulnerable en defensa. Entraba Ocampos cada vez que se lo proponía, pero sin nadie a quien pasarle la pelota dentro del área, dado que Lamela siempre la busca como llegador, no como delantero centro, posición de la que partía. Sentía el Sevilla que podía marcar, que la marejada inicial había pasado momentáneamente. Pero no le daba de sí el plan pensado por Mendilibar, Rakitic tuvo un lanzamiento de falta en la frontal que se le marchó alto, para terminar el primer periodo con la más clara para los andaluces. Córner que bota el croata y cabezazo de Nianzou, que sacó Varane bajo palos. 2-0 al descanso. Quedaba mucha eliminatoria, pero el Sevilla estaba tocado. Demasiado. Había regalado media hora y el United le había hecho un roto importante.
Reacción del Sevilla
Antony volvía a despertar al Sevilla con un disparo marca de la casa al inicio del segundo periodo, con un disparo al palo largo, que se marchó por poco. Era como despertar de un sueño medio tranquilo, con un United que cuando baja de intensidad el equipo de Mendilibar le puede competir. Cuando la eleva, hay que agarrarse a lo que sea. Todo se tambalea. Mendilibar sacaba a Navas al campo para dar mordiente por las dos bandas, con Ocampos metido en la izquierda. Era evidente que al Manchester le valía ese plan de partido, con dominio estéril de los hombres de blanco y salidas a la contra de los locales. Estaba más cerca el tercero que el primero de los españoles. Y la tuvo Antony en una clara contra, donde dejó a Marcao casi sentado y la puso esta vez justo en la madera. Se había acercado al gol, sin acertar por segunda vez.
Ten Hag cambiaba su frente de ataque, mientras Mendilibar le daba algo más de 20 minutos a su goledor, En-Nesyri. El Sevilla, también con Suso, por fin apretaba. Un movimiento muy ofensivo buscando meterse en la eliminatoria, aunque también podía terminar herido de muerte. Se la jugaba a cara o cruz. Los sevillistas al menos ambicionaban ese gol para llegar con cierta vida al Sánchez-Pizjuán. Malacia se encontró un balón suelto dentro del área y tuvo que intervenir Fernando para sacar el pie y evitar el tercero. Todo transcurría en una delgada línea entre el adiós definitivo y el intento por acortar distancias, aunque De Gea apenas tenía que intervenir. Era más la sensación de entrar por banda con fluidez que remates a portería. Y ni hacía falta.
Un error de Malacia, dejando botar la pelota dentro del área, lo cazó Navas justo a su espalda en línea de fondo, para que su centro raso entrase en la portería tras tocar en el lateral izquierdo y también en De Gea. Se metía el Sevilla nuevamente en los cuartos de final. Encima, Lisandro Martínez se retiraba lesionado y sin cambio el United. Últimos minutos ante diez. Buscaba la igualada el cuadro de Nervión, algo impensable en el primer periodo.
En-Nesyri cabeceaba justo en el 90′, con seis más de alargue. Sacaba una buena mano De Gea, mientras Mendilibar iba con todo, con Papu Gómez en la hierba. Y en un centro de Ocampos, tras un corner, En-Nesyri cabeceó para que Maguire desviase y metiera la pelota en su portería. El Sevilla había conseguido lo más difícil. Se iba a marchar de Old Trafford más que vivo en la eliminatoria, que deberá decidirse en Nervión. Vivió una pesadilla y se despertó a tiempo. Porque el Sevilla siempre sueña despierto en Europa. Para sacarlo de su torneo debe ser a empujones. No le gusta dormise. Huye de las pesadillas. Los grandes campeones siempre sueñan despiertos.