Te mostramos todo lo que conlleva hacer el GP que puede hacer historia en la máxima categoría del automovilismo.
La primera vez de la Fórmula 1 a Las Vegas no fue un éxito. Una pista serpenteante y demandante en el aparcamiento del Caesars Palace, combinada con el calor, hizo que los pilotos vomitaran literalmente. Si no que se lo pregunten a Nelson Piquet. En su camino hacia el quinto puesto en el Gran Premio Caesars Palace de 1981, que le aseguró el título de ese año en detrimento de Carlos Reutemann, el brasileño depositó los restos de su almuerzo en su cabina, y luego sufrió para recuperarse durante otros 15 minutos después de la bandera a cuadros.
No todo fue malo, por supuesto. “¡La parte buena fue el propio Caesars Palace!”, cuenta a GP Racing, publicación de Motorsport Network, Marc Surer, que participó en las dos carreras de Las Vegas a principios de los 80. “Era fácil: salías del hotel y ya estabas en el paddock. Incluso era posible ir del paddock directamente a la piscina. Así que, después de conducir, cuando tenías calor, ibas con tu mono a la piscina, te cambiabas y te metías en el agua”.
“También había famosos. Conocí a Paul Newman. Diana Ross presentaba el espectáculo, y todos los pilotos estaban invitados entre bastidores, lo que era muy agradable. También entregó los trofeos, si no recuerdo mal”.
Y así fue. Y Michele Alboreto, que ganó la segunda y última edición del GP Caesars Palace de F1 en 1982, incluso pudo besar a la “Artista femenina del siglo” en el podio.
Pero eso no fue todo.
“Todos estábamos emocionados por ir a Las Vegas”, recuerda Surer, “pero cuando veías el montaje… Era una broma. ¿F1 en un aparcamiento? Eso no se puede hacer. Y esto lo destruyó todo porque no había fascinación… Era como ver una carrera de karts; ves a los coches subir y bajar una y otra vez entre los muros. Y, debido al calor, hubo muchos choques. Recuerdo que Patrick Tambay tuvo un accidente justo delante de mí. La parte delantera de su coche estaba destrozada, en dos pedazos, y vi sus piernas colgando de la cabina. Tuvo mucha suerte de salir de allí sin huesos rotos”.
Los dos grandes premios de Las Vegas fueron una lección de humildad para los que creían que el mero hecho de organizar carreras aquí aumentaría la audiencia de la F1 en Estados Unidos. En lugar de eso, apenas se registró una onda.
“Había fans acérrimos de la F1”, recuerda Surer. “Pero sólo unos pocos. Cuando fuimos a la ciudad, nadie lo sabía. Podíamos pasear y nadie nos reconocía. Incluso tipos como Nelson o Reutemann, que también luchaba por el campeonato, eran vistos simplemente como clientes del casino, como todos los demás.”
Cuando la F1 regrese a la Ciudad del Pecado este noviembre tras una ausencia de más de 40 años, las cosas serán diferentes. Muy diferentes.
En lugar de un aparcamiento, los coches de F1 correrán a lo largo del emblemático Boulevard de Las Vegas -el famoso Strip-, frente a las fuentes del Bellagio, en un auténtico circuito urbano diseñado por Hermann y Carsten Tilke, que han realizado proyectos similares en Singapur y Bakú. Ésta será también la primera carrera nocturna de F1 en Estados Unidos, con el inicio previsto para las 22.00 hora local del sábado por la noche. Y no hay mejor lugar para ello que Las Vegas.
“Para Liberty y para la F1 era muy importante correr en el Strip, de noche, con todo el espectáculo de las luces de Las Vegas, incluidas las fuentes del Bellagio”, explica a GP Racing Renee Wilm, CEO del Gran Premio de Las Vegas. “Queríamos poder correr junto a la fuente; esa era la clave para nosotros. Y luego, cómo desarrollar la pista alrededor de esa parte del Strip se convirtió realmente en una cuestión de ingeniería y normas de seguridad. Y ahí es donde entró Tilke para ayudarnos a terminar el diseño de este sueño.”
La carrera de Las Vegas pretende ser un paso más en la conquista de Estados Unidos, uno de los grandes éxitos de la F1, que es propiedad de Liberty. El GP inaugural de Miami en mayo del año pasado demostró lo lejos que había llegado la F1 en esta dirección en comparación con los intentos del siglo pasado. El paddock del circuito, situado junto al Hard Rock Stadium, apenas podía albergar a todas las celebridades. La carrera de Las Vegas está llamada a superarlo.
“Cuando Liberty Media compró este deporte hace siete años, ésta era nuestra intención: queríamos llevar la Fórmula 1 a la fibra de la cultura estadounidense”, dice Wilm, que, además de estar al frente de uno de los proyectos más ambiciosos de Liberty Media desde que compró la F1, también es director jurídico y director administrativo de la empresa.
“Queríamos ampliar la base de aficionados estadounidenses, diversificar la demografía, (atraer) a aficionados más jóvenes, más mujeres aficionadas y aficionados más diversos. Yo diría que es la combinación de un montón de buenas intenciones y, ya sabes, algo de suerte en el camino, algunas buenas decisiones, como (el lanzamiento de la serie) de Netflix[Drive to Survive ] y la apertura del deporte a las redes sociales, y luego un montón de trabajo duro entre bastidores”.
“Si a todo esto le unimos el hecho de llevar nuestra carrera a la capital mundial del deporte y el entretenimiento, aquí en Norteamérica, será un acontecimiento épico”.
Puede que este lenguaje te parezca una hipérbole -después de todo, el trabajo de Wilm es promocionar el evento-, pero se trata de una empresa enorme para el titular de los derechos comerciales de la F1. Por primera vez, Liberty actúa como promotor de una carrera, asumiendo los riesgos -incluidos los financieros- de organizarla.
La inversión de Liberty en el proyecto ha alcanzado ya varios cientos de millones de dólares, lo que supone un enorme cambio con respecto al modelo establecido de “tú pagas, nosotros venimos y corremos”. El propietario de la F1 se ha gastado 240 millones de dólares sólo en comprar terrenos en el corazón de Las Vegas -a menos de un kilómetro y medio de las fuentes del Bellagio- para la construcción del complejo de boxes y el paddock. En total, entre la compra del terreno y la construcción del paddock, se espera que la F1 gaste unos 500 millones de dólares.
Imagínese decirle a Bernie Ecclestone que tendría que gastar 500 millones de su propio dinero para comprar el terreno y construir el circuito para un gran premio, que también tendría que pagar por acoger…
Hay mucho en juego. Para que esta apuesta saliera bien, Liberty tenía que contar con todos a bordo, desde las autoridades locales hasta los hoteles y casinos. Y ese es otro rasgo distintivo del Gran Premio de Las Vegas. Las empresas locales -los hoteles más grandes- están entre los principales interesados. Están integrados porque pretenden figurar entre los beneficiarios finales.
Para los responsables de la construcción de la pista, esto supone otro reto, un reto difícil incluso para las experimentadas manos de Tilke. “¿Cuál es la diferencia con otros circuitos urbanos?”, dice Carsten Tilke. “Son las partes interesadas únicas que tenemos aquí y el hecho de que todo tiene que permanecer abierto. La logística, todo esto es una parte importante. Los circuitos urbanos, en general, nunca son fáciles. Pero aquí tenemos los hoteles más grandes del mundo, y están directamente en la pista”.
Con 150.000 habitaciones de hoteles situadas en el Strip, Tilke y el principal contratista de la pista, Miller Project Management, tendrán que asegurarse de que el acceso a estas habitaciones no sólo se mantenga, sino que no dé problemas.
“Las Vegas es diferente de Singapur, por ejemplo”, añade Terry Miller, cuya empresa supervisa la construcción de la pista y el paddock. “Singapur se cierra y se celebra la carrera. Aquí tenemos que mantener todo en marcha. Todas las instalaciones tienen que permanecer abiertas; tenemos que mantener el servicio y el acceso de seguridad para todas las instalaciones. Tienen que permanecer abiertos y funcionar. Y desde ese punto de vista es algo único, incluso para un circuito urbano”.
El proyecto de construcción no sólo incluye la instalación de varios puentes peatonales y para vehículos, sino que debe ejecutarse de forma que no interrumpa el flujo habitual de vida y negocios. Por ello, la construcción se llevará a cabo por etapas. Las obras del edificio de boxes empezaron el verano pasado, en cuanto Liberty completó la compra del terreno. Está previsto que esté abierto todo el año para los aficionados a la F1 y que se convierta en una atracción turística más para Las Vegas.
En primavera comenzará el desmantelamiento de la superficie actual y en su lugar se colocará asfalto nuevo que cumpla los requisitos de la F1. Estos trabajos deberían estar terminados a principios de otoño. La construcción de las tribunas y las zonas de aficionados se llevará a cabo en paralelo a partir de junio, y las barreras de la pista se instalarán a principios de octubre. Los organizadores de la carrera se han comprometido a mantener las carreteras abiertas, aunque con cierres ocasionales de carriles.
Las Vegas también está a bordo. Incluso para esta ciudad, la fiesta que organiza la F1 promete ser multitudinaria.
“Una de las grandes aportaciones de la Fórmula 1 a cualquier lugar en el que se corra es el desarrollo económico”, afirma Wilm. “Así que no sólo vamos a crear un montón de puestos de trabajo este año mientras construimos la propiedad que hemos adquirido, sino que también vamos a crear oportunidades económicas durante todo el año, para convertirla en la sede de la Fórmula 1 en Estados Unidos. Y eso impulsará el desarrollo económico de las empresas locales. Estamos trabajando con pequeñas empresas locales. Terry trabaja con muchos subcontratistas. Para nosotros es muy importante devolver algo a la comunidad en la que competimos”.
“Basándonos en los consejos de nuestros asesores económicos, calculamos que vamos a aportar más de 1.200 millones de dólares de ingresos al estado a través de nuestras carreras. Además, a través de nuestra campaña de preinscripción, en lugar de aceptar depósitos para las entradas, como se hace en la mayoría de los eventos deportivos de Estados Unidos, adoptamos un enfoque diferente y pedimos a todo el mundo que donara 7,77 dólares para que se le incluyera en una lista prioritaria y poder comprar entradas. Y nuestra fundación distribuye esos fondos a la comunidad, a zonas donde realmente marcan la diferencia. Tenemos un programa de un millón de comidas (gratuitas), que alcanzamos (el objetivo de financiación) a las 24 horas de lanzar este evento. Como resultado, hemos repartido comidas a familias de institutos locales que pueden encontrarse en situación de necesidad”.
“En Las Vegas estamos adoptando un enfoque muy diferente al de otros promotores, pero realmente queremos formar parte de la fibra de Las Vegas”.
La F1 también llega a Las Vegas en el momento oportuno, cuando la ciudad trata de consolidarse como la nueva capital deportiva de Estados Unidos. Sólo unos meses después de la F1, en febrero de 2024, Las Vegas acogerá también al Super Bowl.
“Lo que siempre he visto en Las Vegas es una remodelación cada cinco o diez años”, dice Miller. “Este es otro de esos momentos. En los últimos años se ha dado a conocer por sus deportes, deportes de talla mundial, y esto (la carrera de F1) se suma a ello. Situarla en el corazón de Las Vegas ha sido una genialidad. Y todas las propiedades, una vez más, están trabajando codo con codo para que esto ocurra”.
“Y es curioso, porque sin citar nombres, he participado en conversaciones en las que se ha comentado: ‘Bueno, el primer año puede que no aciertes exactamente’. Y cada propiedad dice: ‘Así no es como lo hacemos en Las Vegas. Tenemos que acertar el primer año’. Podemos retocarlo al año siguiente, pero tiene que estar bien el primer año. Y esa es la mentalidad de todo lo que han hecho en sus propiedades. Creo que hemos encontrado oro en el entorno de Las Vegas”.
Por supuesto, el objetivo de la F1 no es simplemente organizar una gran fiesta. No sólo quiere recuperar su inversión en Las Vegas, sino también obtener beneficios actuando como promotor de facto de las carreras.
Este evento será una excepción en cuanto a su público. Las entradas generales para tres días cuestan a partir de 500 dólares y hay paquetes de varios miles de dólares, mientras que el pasado noviembre el complejo Wynn Las Vegas anunció una opción de un millón de dólares: un paquete para seis personas que incluye todos los servicios imaginables que la F1 puede ofrecer junto con la capital mundial del juego.
“Es Las Vegas”, sonríe Wilm, “y los casinos tienen mucha clientela adinerada en sus bases de datos. Si es algo que pueden construir en torno a nuestra carrera, estaremos encantados de aportarles ese valor. Estoy seguro de que van a tener mucho éxito con sus ventas”.
En medio del ajetreo comercial, es fácil olvidar que la F1 también es un deporte, pero para los responsables también era importante crear un circuito capaz de ofrecer buenas carreras, porque definirá la percepción de todo el evento. El motor del espectáculo será Las Vegas Boulevard, donde se trazará la recta de casi dos kilómetros de longitud, que terminará con una curva de 90 grados a la izquierda. Junto con la primera curva, ofrecerá el tipo de oportunidad de adelantamiento principal que faltó en el circuito de 1981 y 1982.
“Creo que no se pueden comparar estos dos circuitos”, dice Tilke. “Tendremos un circuito de carreras propiamente dicho. Será una pista muy rápida. Tenemos cuatro zonas principales de aceleración, y la más grande es Las Vegas Boulevard, con una recta de 1,8 km. Tendremos mucha acción con el rebufo. También hemos ensanchado la pista antes de las curvas, así que tenemos más posibilidades de adelantar y mejor visibilidad (para los pilotos). Creo que veremos una carrera interesante”.
Surer añade: “Estoy seguro de que esta vez harán un trabajo mucho mejor. Bernie estaba desesperado por entrar en Estados Unidos. Siempre que tenía la oportunidad de correr en Estados Unidos, lo hacía. Corrimos en lugares como Phoenix, por ejemplo, donde corrimos como en un pueblo fantasma. No había nadie allí”.
“Liberty es mucho más profesional. Saben cómo hacer estas cosas. Y harán un trabajo mucho mejor en Las Vegas, seguro”.
El GP de Las Vegas está destinado a convertirse en el evento estrella de la F1 del año. Si tiene éxito, algunos creen que incluso podría cambiar el modelo económico de la serie. Quién sabe si Liberty querrá actuar como promotor de otras carreras si consigue generar 500 millones de dólares en ingresos con la carrera inaugural de Las Vegas, como es su objetivo, según un reciente informe del Financial Times.
Lo que es seguro es que la F1 y Las Vegas crearán un espectáculo sin parangón en la historia de la serie de carreras más popular del mundo, o de la propia ciudad. Aunque esta vez Diana Ross no entregue trofeos ni bese al ganador.