El número de muertos por el devastador terremoto que golpeó al sureste de Turquía y noroeste de Siria superará los 50.000, según el jefe de los servicios humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.
El representante de la ONU hizo esas declaraciones en una entrevista concedida a Sky News el pasado sábado cuando se encontraba de visita en la provincia turca de Kahramanmaras, epicentro del terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter.
“Creo que es difícil estimar (los fallecidos) con precisión ya que hay que llegar hasta debajo de las ruinas, pero estoy seguro de que se van a duplicar o incluso más”, declaró Griffiths.
En el momento de la visita Griffiths, la cantidad de muertos ascendía a 28.000. Sin embargo, hoy lunes -una semana después del terremoto- el número de víctimas mortales superó los 35.000, de los cuales más de 31.000 se encuentran en Turquía.
El experto afirmó que localidades enteras han quedado reducidas a escombros. “Es el terremoto más desastroso en cien años”, resumió.
Si bien Griffiths elogió la respuesta de ayuda internacional a Turquía como “fenomenal y alentadora”, considera que ha habido una marcada división en las ofertas a Siria.
El país ha sido golpeado por años de guerra civil lo que crea dificultades para conseguir auxilio. Ve que es probable que las agencias de ayuda enfrenten dificultades para acceder al norte de Siria, gran parte del cual está controlado por grupos rebeldes que han estado luchando contra el régimen de Bashar Al Assad.
“La terrible verdad sobre Siria desde una perspectiva humanitaria es que las necesidades del pueblo de Siria crecen cada año y, a pesar de la generosa financiación, no logramos satisfacer esas necesidades. Como resultado, las personas que viven en la pobreza absoluta en Siria crece ahora al 90% de la población”, puntualizó.