El mundo continuará demandando gas; Bolivia ante el reto de captar inversiones

por Elías López

Más allá de los avances tecnológicos en el desarrollo de energías renovables, lo cierto es que el mundo seguirá dependiendo de los combustibles fósiles por un largo tiempo. Esto significa que habrá un interés de distintas empresas y capitales extranjeros para invertir en proyectos hidrocarburíferos, con especial atención en el gas, por lo que Bolivia tiene el reto de captar estos recursos para desarrollar sus reservas aún no exploradas.

“Con la invasión de Rusia a Ucrania se ha visibilizado muchos problemas que todavía no están resueltos en términos de una transición energética orientada hacia fuentes renovables no convencionales, los problemas de intermitencia, suministro y redes todavía no han sido subsanados”, señala Raúl Velásquez, investigador en energía e hidrocarburos de la Fundación Jubileo.

El experto afirma que en el 2021 la “narrativa de la transición energética mundial” estaba enfocada en el abandono total de los combustibles fósiles, estableciendo una meta al 2030 que luego fue postergada hasta el 2050. Sin embargo, el año pasado la Unión Europea ha declarado al gas como un combustible de transición y su explotación también forma parte de una estrategia geopolítica para ya no depender del energético que exporta Rusia.

¿Qué rol juega Bolivia?

Si bien el mercado gasífero de Bolivia es regional, al ser considerado este recurso un pilar en la transición energética mundial hacia fuentes limpias, existe una mayor predisposición de inversores y empresas extranjeras para financiar planes de exploración y explotación de gas.

Sin embargo, Velásquez señala que el país necesita de un viraje en su política energética para propiciar un régimen fiscal más atractivo, tomando en cuenta que desde el 2006 hasta la fecha, el Estado boliviano se queda con un 82% de la renta petrolera y lo restante para las empresas petroleras.

“El sector hidrocarburos es de largo plazo, lo que estamos viviendo hoy es el resultado de lo que se ha hecho en los últimos 18 años y lo que hagamos hoy tendremos resultados en cinco, ocho y 10 años”, apuntó.

El investigador considera que Bolivia tiene un gran potencial por desarrollar y que, si bien la producción ha bajado desde el 2014, la situación puede cambiar si se realizan cambios importantes en la política energética.

Puso de ejemplo a Argentina que en el 2006 comenzó a importar gas luego de haber sido un exportador de este energético. Sin embargo, ahora, con el desarrollo de Vaca Muerta, el país vecino nuevamente se convertirá en un importante protagonista regional.

El futuro está en el norte

YPFB y las operadoras tienen previsto invertir $us 669 millones durante la presente gestión, de los cuales el 48% corresponde a la actividad de exploración en la perspectiva de reponer e incrementar las reservas de hidrocarburos.

Durante el lanzamiento del plan de inversiones, el presidente de la estatal petrolera, Armin Dorgathen Tapia, indicó que se trabaja 24/7 en la fase de exploración. “Tenemos 32 proyectos exploratorios, estamos concentrándonos en Zonas No Tradicionales y Tradicionales, llegaremos hasta el Norte Amazónico del país, región que promete resultados positivos, a mediano y largo plazo”, apuntó.

Un aspecto importante que dio a conocer YPFB recientemente es que el futuro hidrocarburífero del país se encuentra en el norte, más específicamente en la Cuenca Madre de Dios que atraviesa los departamentos de La Paz, Beni y Pando.

En esta zona se estima que hay 5 billones de barriles (Bbbl) de petróleo y 12 trillones de pies cúbicos (TCF) asociados de gas natural, que podrían generar ingresos de aproximadamente $us 475 mil millones al país.

Mientras que el Subandino Sur que abarca los departamentos que actualmente producen hidrocarburos (Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija), falta por encontrar aproximadamente entre 6 a 7 TCF de gas natural. Hasta el año 2025 esta zona será una cuenca madura, lo que implica una declinación paulatina en la producción.

También podría gustarle